Recuerdo el tentador aroma a mantequilla de las tostadas callejeras cocinándose por las mañanas, que despertaba mi apetito. Hoy en día, parecen ser menos comunes que antes, lo que las convierte en una vista rara. A veces, la nostalgia me golpea y anhelo la comida de aquellos días pasados. Para revivir esos recuerdos, decidí recrear una tostada al estilo callejero. Mientras la preparaba esta mañana, me di cuenta de que no es tan simple como parece venderlas en la calle. Los vendedores ambulantes probablemente preparan todos sus ingredientes con anticipación y luego los cocinan rápidamente en el lugar, haciendo que parezca sin esfuerzo. La mía la hice abierta, usando solo una rebanada de pan y una masa gruesa de repollo, lo que resultó en un desayuno sustancioso y satisfactorio. Para capturar esa auténtica vibra de tostada callejera, la envolví bien en papel pergamino para poder sostenerla como un sándwich abierto sin ningún desorden. Es una opción saludable y deliciosa que sería genial para un desayuno rápido o como merienda para los niños durante las vacaciones escolares.