Viajé a Yeongjongdo, en la costa oeste, por 3 días y 2 noches para ver la última puesta de sol del año. Sinceramente, no me sentía con ánimos para ir, pero mi hija ya lo había reservado y no se podía cancelar. Además, los costos de alojamiento eran altísimos a fin de año. Me esforcé con inyecciones musculares y suero intravenoso para poder ir. Al llegar a casa el Día de Año Nuevo Lunar, me sentía cansada y mi cuerpo no estaba bien de nuevo. Mi hija sugirió salir a comer, y aunque me resistía, acepté. Después de comer fuera y volver, tomé medicina y dormí profundamente. Por la noche, recibí un mensaje de mi hija: ‘¡Mamá, tengo hambre!’. Me levanté y le preparé el mandu-guk, ¡el que ella siempre dice que es el mejor del mundo! Lo hice rápido, pensando que no podría comer mi comida casera muy a menudo una vez que empezara a trabajar. A mi hija no le gustan los tteok (pasteles de arroz), así que lo hice solo con dumplings, ¡llenando una olla entera! Se sentó a la mesa, esperando ansiosamente la comida. ¡Tan pronto como dio un bocado, me dio un pulgar hacia arriba y se fue a su habitación! Dormí hasta la mañana. De hecho, había hecho los dumplings para comer mandu-guk el Día de Año Nuevo, pero solo hice suficientes para mi hija. Así que esta mañana, ¡me preparé tteok-mandu-guk para mí! Para ser honesta, cuando los hice estando enferma, no podía saborear bien el condimento y pensé que solo los haría por ahora y haría un mejor trabajo para el Año Nuevo Lunar. Pero cuando lo probé después de cocinarlo, ¡realmente estaba delicioso! Comer un tazón de este sabroso y caliente mandu-guk me calienta por dentro y me aligera el corazón. ¡Esta rica sopa de dumplings, cocida a fuego lento con seolleongtang (caldo de huesos de res), es algo que hay que probar para el Año Nuevo! ^^