
Queso Ricotta Casero Fácil de Hacer en Casa
Queso Ricotta Casero Fácil de Hacer en Casa
Guía Completa para Preparar un Delicioso Queso Ricotta Casero
Les presentamos una receta para hacer queso ricotta casero que cualquiera puede preparar fácilmente en casa con leche fresca y nata. Es un método súper sencillo que no requiere procesos complejos de fermentación ni curado; solo necesitas hervirlo en casa y separar el suero. El queso ricotta recién hecho ofrece un sabor fresco y ligero incomparable, junto con una textura maravillosamente espesa y cremosa que se derrite en la boca. ¡Es perfecto para ensaladas, tostadas, pastas y mucho más!
Ingredientes Esenciales- 500ml de Leche Entera (No usar leche baja en grasa o desnatada)
- 250ml de Nata Fresca para Cocinar (Crema de leche)
- 2/3 cucharadita de Sal Marina (o sal fina)
- 1/3 cucharadita de Azúcar Moreno (opcional, añade un toque de dulzor)
- Zumo de 1/2 Limón Fresco
Instrucciones de preparación
Step 1
Para obtener una textura suave y un sabor rico en su queso ricotta, asegúrese de usar leche entera (leche con toda su grasa). La leche baja en grasa o desnatada no cuajará correctamente, lo que dificultará lograr la consistencia deseada.
Step 2
Prepara una olla de tamaño suficiente. Una olla demasiado pequeña puede hacer que la leche se desborde, así que ten cuidado. Vierte 500 ml de leche entera en la olla preparada.
Step 3
Añade 250 ml de nata fresca a la leche. La proporción ideal de leche a nata es de 2:1. Esta proporción es crucial para determinar la suavidad y la riqueza de tu queso ricotta.
Step 4
Calienta lentamente la leche y la nata a fuego medio-bajo, sin que llegue a hervir a borbotones. Evita hervir rápidamente a fuego alto, ya que esto puede quemar la leche y impedir una coagulación adecuada. Remueve ocasionalmente con palillos o una espátula para evitar que se pegue al fondo.
Step 5
Una vez que la leche esté tibia, incorpora 2/3 cucharadita de sal y 1/3 cucharadita de azúcar moreno hasta que estén bien combinados. Puedes usar azúcar granulada normal en lugar de azúcar moreno si lo prefieres. Luego, corta medio limón fresco por la mitad y exprime su jugo en la mezcla. El jugo de limón juega un papel clave en la coagulación de las proteínas de la leche.
Step 6
Después de añadir el jugo de limón, es importante no remover demasiado. Remueve suavemente un par de veces y observa cómo la leche comienza a cuajar lentamente. Remover en exceso puede romper los cuajos de queso en trozos pequeños, dificultando la obtención de una textura suave.
Step 7
Reduce el fuego al mínimo y continúa cocinando a fuego lento durante unos 10 a 15 minutos. Ten cuidado de que no se desborde y observa cómo los cuajos de queso se separan. Mantener una temperatura justo por debajo del punto de ebullición es ideal.
Step 8
Forra un colador con una gasa limpia (o tela de quesero). Vierte con cuidado la mezcla de queso cocida de la olla sobre el colador preparado. ¡Ten cuidado, estará caliente!
Step 9
Reúne con cuidado las esquinas de la gasa, átalas y presiona suavemente para escurrir el exceso de suero (el líquido del queso). Evita apretar demasiado fuerte, ya que esto puede resultar en un queso seco y desmenuzable. Ajusta la presión según el nivel de espesor deseado.
Step 10
Una vez que hayas escurrido la mayor parte del suero, envuelve cuidadosamente el queso en la gasa y colócalo en un recipiente hermético o un bol. Refrigera durante al menos medio día (mínimo 4 horas). Este proceso de enfriamiento dará como resultado un queso ricotta más espeso y con un sabor más intenso. Abre la gasa para comprobar si ha alcanzado la consistencia deseada.
Step 11
Guarda tu queso ricotta casero recién hecho en un recipiente hermético en el refrigerador. Dado que está hecho con ingredientes frescos, es mejor consumirlo dentro de los 3-5 días. ¡Disfruta de tu delicioso queso ricotta casero, lleno de su encanto sabroso y rico! ¡También es maravilloso como aderezo para ensaladas o para untar en tostadas! ^^

