De niña, me encantaba tanto el pescado gallo que no comía si no estaba en la mesa. Mi madre contaba miles de veces esta historia: una vez quemó una olla mientras cocinaba pescado gallo y tuvo que tirarla a escondidas para evitar ser regañada por mi padre. Esta era una de sus anécdotas características y divertidas. Aunque ahora no como tanto pescado gallo, a mi esposo, Herby, le encanta, así que a menudo me encuentro cocinándolo para él. El secreto de un pescado a la plancha delicioso reside en los ingredientes frescos y una preparación cuidadosa. Es crucial salar ligeramente el pescado de antemano para lograr la salinidad adecuada, y luego cocinarlo pacientemente mientras se controla el calor con esmero. Terminar con un chorrito de aceite de perilla realza su aroma a nuez, creando un sabor irresistible. ¡Un plato de este sabroso pescado gallo a la plancha, crujiente por fuera y tierno por dentro, no necesita guarniciones adicionales! Permítanme guiarlos a través de esta deliciosa receta, combinando el toque de mi madre con mis propios consejos.