
Latte Cremoso con Nata Montada: Tu Receta de Cafetería Casera
Latte Cremoso con Nata Montada: Tu Receta de Cafetería Casera
Un Lujoso Latte de Nata con Rica Nata Montada y Café Descafeinado
Deléitate con el reconfortante abrazo de nata montada rica y cremosa, servida generosamente sobre un suave chorro de café descafeinado. Esta receta transforma tu pausa para el café en una deliciosa experiencia de cafetería, justo en tu propia cocina.
Ingredientes- 1 cucharada de granos de café (usando una cuchara medidora de café)
- 200 ml de agua
- 200 ml de nata para montar (crema de leche)
- 1 cucharada de azúcar
Instrucciones de preparación
Step 1
Para empezar, mide una cucharada de tus granos de café preferidos con una cuchara medidora de café. Muele estos granos finamente. Usar granos descafeinados es una excelente opción para quienes son sensibles a la cafeína o disfrutan de esta bebida por la noche.
Step 2
Al preparar el café, utiliza un poco menos de agua de lo habitual, aproximadamente 2/3 de la cantidad estándar, es decir, unos 200 ml. Esto dará como resultado un café más concentrado, creando un sabor más intenso al combinarse con la nata. Prepara tu café con tu método preferido, como el de goteo.
Step 3
En un bol aparte, vierte los 200 ml de nata para montar y comienza a batir. Una vez que la nata alcance una consistencia suave y fluida, añade 1 cucharada de azúcar. Continúa batiendo hasta que el azúcar esté completamente incorporado y la nata esté bien mezclada.
Step 4
Monta la nata hasta que forme picos suaves; no necesitas que queden picos firmes como los que harías para un glaseado de pastel. Una consistencia ligeramente suelta, como una cinta, es perfecta, ya que se mezclará suavemente con el café para una textura más aterciopelada.
Step 5
Vierte con cuidado una cantidad generosa de la nata recién montada (aproximadamente 100 ml) sobre el café preparado. Observa cómo la aterciopelada nata se desliza, creando un hermoso efecto en capas.
Step 6
Si te sobra nata montada, guárdala en un recipiente hermético en el refrigerador para disfrutarla al día siguiente. Para un almacenamiento más prolongado, puedes porcionarla y congelarla. También puedes usar la nata sobrante para otras creaciones de postres sencillos.

